May 18, 2017
¿No te ha pasado que quieres poner leche en el café y te fijas que la fecha en el envase ha pasado? Solo por eso algunas personas tiran la leche a la basura, pero a lo mejor, la intención de la etiqueta no es eso. A lo mejor es un indicador de la fecha del mejor sabor de la comida, no de seguridad.
Según algunas estimaciones, es posible que hasta el 91 porciento de consumidores malinterpreten las etiquetas de las fechas de alimentos. No es sorprendente porque hay muchas etiquetas diferentes en uso, pero el malentendido y el no planear bien las comidas contribuyen a un problema más grande. Entre 30 y 40 porciento del suministro de alimentos de los EEUU termina en la basura o en un montón de compost.
Los beneficios de reducir el desperdicio de alimentos son muchos. Vas a ahorrar dinero, y eso puede ser razón suficiente. También podrías reducir tu huella de carbono manteniendo los alimentos estropeados fuera de los basureros y reduciendo el cultivo y transporte de alimentos que no se consumen.
Reducir este desperdicio puede comenzar con el conocimiento de lo que realmente significan las etiquetas de los alimentos.
No malinterpretes las fechas en las etiquetas de alimentos como fechas de caducidad. Según el Departamento de Agricultura de los EEUU, (USDA por sus siglas en inglés), aparte de la formula infantil, las fechas en los alimentos no indican si es seguro o no comer los alimento. Por ejemplo, “mejor si es utilizado por” puede indicar que la comida sabe mejor, se ve mejor y se siente mejor al tacto si la consumes a mas tardar en esa fecha. Es posible que todavía sea buena por hasta días, semanas o aún meses [para los alimentos no perecederos] después de esa fecha.
Algunos estados sí requieren fechas de caducidad en la leche y carnes y las etiquetas de alimentos podrían ser más claras por todo el país. Pero por ahora, necesitas confiar en tu propio juicio. El USDA explica que si los alimentos no tienen señales de estar estropeados, como el cambio de colores o un olor desagradable, pueden ser seguros y sanos.
Consejos para mantener las frutas y verduras frescas por más tiempo. Independientemente de la fecha, el almacenamiento adecuado de alimentos puede afectar la longevidad.
Puedes buscar más consejos sobre algunos alimentos en particular en línea. También hay apps que se pueden conectar automáticamente con los programas de lealtad del supermercado para rastrear lo que compras (o puedes subir una foto de tu recibo), avisarte cuando algo se estropea, y recomendar recetas que utilicen esos alimentos.
Busca usos creativos para los alimentos que van a estropearse. No importa si usas una app o una lista de papel para sincronizar listas y programar comidas, la planificación de comidas puede reducir el desperdicio también. Pero aún con la mejor de las intenciones a veces nos olvidamos, o no seguimos el plan sino hasta que es demasiado tarde.
Puedes salvar las verduras de la basura ya sea asándolas, haciendo sopas o usándolas en un guiso o estofado. Se pueden rallar las zanahorias, papas y otras verduras de raíz (incluyendo las calabacitas) para freírlas y hacer ‘fritters’. Podrías hornear las frutas en panes, añadirlas en batidos o congelarlas para más tarde. Al final, el objetivo es usar todo lo que compres.
En Resumen: El desperdicio de alimentos puede costarte dinero, dañar al medio ambiente y en algunos casos, puede ser completamente innecesario. Aprender la manera correcta de interpretar las etiquetas de los alimentos y examinar como se ven y su olor antes de tirar algo a la basura podrían ayudar. Para ayudar aún más, tómate el tiempo de preparar antes de comprar, tener un plan de cómo vas a utilizar los alimentos y tener un plan de reserva que puedas usar al último momento. Al final, tomar el tiempo extra para evaluar la condición verdadera de los alimentos puede ahorrarte dinero.
Cuestiones Prácticas de Dinero Recientes
Este artículo proporciona información general y no debe considerarse como asesoría salud, legal, fiscal o financiera. Lo más conveniente es consultar con un asesor fiscal o financiero para obtener información específica acerca de la manera en que las leyes tributarias aplican para usted y para su situación financiera en particular.